🚨 Sindicato de Maestros: Cripto = ¿Ruina de la jubilación? 😂

En la gran ópera de la locura fiscal, la Federación Estadounidense de Maestros (AFT) subió al escenario, ondeando una bandera carmesí de alarma ante el proyecto de ley de estructura del criptomercado del Senado. “¡Mirad!” Gritaron: “¡Esta alquimia de tokens digitales amenaza el templo sagrado de nuestras jubilaciones doradas!” Como si el universo mismo no hubiera conspirado ya para hacer que las pensiones fueran tan estables como las de un trapecista borracho.

En una carta escrita con la urgencia de un hombre que se está ahogando agarrando un libro de contabilidad, la AFT condenó la Ley de Innovación Financiera Responsable, un nombre tan contradictorio que sólo podría ser obra de un satírico. “El proyecto de ley”, declararon, “no regula los criptoactivos con el rigor de un alquimista medieval que intenta convertir el plomo en oro. La mayoría de las pensiones evitan las criptomonedas porque son más riesgosas que un tigre en patines. ¿Esta legislación pretende que las criptomonedas son estables? ¡Absurda!”.

La Ley CLARITY, ese borrador de julio sobre claridad fiscal (si entrecierras los ojos), y su hermano de noviembre del Comité de Agricultura, siguen siendo frustrantemente vagos sobre si las pensiones deberían invertir ahora en Bitcoin. La AFT, siempre Cassandra, advirtió: “Si se aprueba, los 401(k) terminarán manteniendo ‘activos inseguros’ incluso si se invierten en valores tradicionales. ¡Es como decirle a un panadero que use dinamita en lugar de harina-caos con una cara sonriente!”

La AFL-CIO, otro coro sindical, había armonizado previamente sus temores: “¡Este proyecto de ley pone en riesgo los fondos de jubilación y la estabilidad financiera!” se lamentaron. “Es como si alguien dijera: ‘¡Tiremos los dados al mercado de valores y llamémoslo estrategia!'”

Con 1,8 millones de miembros en educación, atención sanitaria y servicios públicos, la AFT ejerce el peso de 6,5 billones de dólares en pensiones públicas. Mientras tanto, los activos totales de jubilación de Estados Unidos rondan los 45,8 billones de dólares, una suma tan enorme que podría comprar un pequeño asteroide y dar por terminado el día.

Mientras tanto, en un giro digno de una novela picaresca, Donald Trump, el autoproclamado “entusiasta de las criptomonedas”, firmó una orden ejecutiva en agosto instando al Departamento de Trabajo a permitir que los 401(k) incursionaran en activos digitales. “Es como darle un lanzallamas a un niño pequeño y llamarlo ‘herramienta para la creatividad'”, se podría bromear.

Los administradores de activos, siempre seguidores de las tendencias, han comenzado a promocionar las criptomonedas en las cuentas IRA y 401(k). Morgan Stanley, ese modelo de prudencia, ahora permite que los asesores sugieran fondos criptográficos, porque nada dice más “seguridad para la jubilación” que apostar por una tecnología que colapsa más que un castillo de naipes en un huracán.

¿En cuanto al Senado? Espere un final tan retrasado como el de la burocracia rusa. Cynthia Lummis, de Wyoming, la bardo más ferviente del proyecto de ley, insinuó un borrador de actualización “esta semana”, una promesa tan confiable como una veleta en una tormenta de arena.

2025-12-10 20:08