RESEÑA: “Una casa de dinamita” (2025)

Kathryn Bigelow, la directora ganadora del Oscar por “Detroit”, está de regreso con una nueva película, “A House of Dynamite”, que ahora se transmite en Netflix. Es su primer largometraje en siete años y ofrece una historia apasionante y llena de suspenso con un fuerte sentido de inmediatez. Muchos ya la consideran una de las mejores películas del año.

“A House of Dynamite” es un thriller apasionante que también parece una cruda advertencia sobre los peligros de vivir en la era de las armas nucleares. El guión, de Noah Oppenheim, se desarrolla como una investigación militar y política realista con un aire que recuerda a los thrillers de los noventa. Sin embargo, es la habilidad magistral y la dirección precisa de la directora Kathryn Bigelow lo que realmente impulsa la película. Ella maneja de manera experta la compleja trama y mantiene a los espectadores completamente interesados ​​de principio a fin.

La película de Kathryn Bigelow cuenta con un reparto sólido y cuenta un único acontecimiento a través de tres puntos de vista diferentes, todos unidos. La historia comienza en Fort Greely, Alaska, con el mayor Daniel González (Anthony Ramos) y su equipo en el 49.º Batallón de Defensa contra Misiles. Detectan un misil no identificado e inicialmente suponen que es una prueba. Sin embargo, no pueden precisar desde dónde se lanzó, lo que los deja en la incertidumbre.

En Fort Greely, la capitana Olivia Walker y su equipo están rastreando amenazas potenciales cuando reciben noticias alarmantes: un misil entrante no es una prueba y llegará a Estados Unidos en sólo 19 minutos. Las agencias gubernamentales inmediatamente comienzan a trabajar para interceptarlo y determinar dónde aterrizará. A medida que se acaba el tiempo, crece la sensación de pánico.

Luego, la historia se remonta al momento en que se detectó el misil por primera vez, pero esta vez se centra en la Base de la Fuerza Aérea Offutt en Nebraska. Allí, el general Anthony Brady (Tracy Letts) dirige el Comando y Control Estratégico de EE. UU., y su equipo identifica rápidamente a Chicago (y sus 9,2 millones de residentes) como el objetivo. Brady, creyendo que está a punto de ocurrir un ataque nuclear, insta al presidente a autorizar un contraataque inmediato. Sin embargo, Jake Baerington (Gabriel Basso), el asesor adjunto de seguridad nacional, aboga por recopilar más información primero, por temor a que una carrera hacia la guerra pueda ser catastrófica.

La película nos retrotrae a una situación tensa, centrada en el presidente (interpretado por un muy convincente Idris Elba). Lo vemos recibir noticias de un misil entrante y luchar con la inmensa presión de decidir cómo responder. ¿Debería seguir la sugerencia de un asesor y lanzar un contraataque de inmediato, o arriesgarse a esperar como sugiere otro, aunque eso podría ser peligroso?

Más allá de los actores principales, la película realmente se beneficia de un fantástico reparto secundario. Jason Clarke es excelente como el jefe de Walker, el oficial superior en la Sala de Situación, y Greta Lee ofrece un desempeño sólido como agente de inteligencia de la NSA. También recibimos un trabajo sólido de Moses Ingram como funcionario de FEMA, Jared Harris como Secretario de Defensa y Renée Elise Goldsberry como Primera Dama. Jonah Hauer-King también es memorable como asesor del presidente en materia de represalias. Estos personajes no están ahí sólo para llenar el espacio; realmente contribuyen, ya sea impulsando la trama con información crucial o fundamentando la intensa situación con un poco de humanidad.

“A House of Dynamite” inmediatamente capta tu atención y mantiene un ritmo implacable hasta su audaz conclusión. Si bien algunos espectadores pueden sorprenderse por cómo termina la película, parece la única forma adecuada para que la directora transmita su mensaje. Los momentos finales de la película son poderosamente inquietantes, reflejan ansiedades del mundo real y producen exactamente el impacto deseado.

“Una casa de dinamita” ilustra poderosamente cuán frágil es nuestro mundo y cuán rápido las cosas podrían desmoronarse. A pesar de abordar temas de tan gran escala, la película sigue siendo profundamente personal y se centra en el impacto real en las personas atrapadas en el medio. Las perspectivas cambiantes se manejan con habilidad, generando suspenso gracias a la visión precisa de la directora Kathryn Bigelow. La cinematografía realista de Barry Ackroyd y la inquietante música de Volker Bertelmann aumentan la sensación de urgencia, creando una advertencia apasionante y oportuna para la audiencia de hoy. La película estará disponible en Netflix a partir del 24 de octubre.

2025-10-24 18:58