El lamento de Shiba Inu: colapso del mercado y crisis Alegría críptica 🐕📉

En el vasto y caprichoso ámbito de las monedas digitales, donde las fortunas suben y bajan como las mareas de la avaricia humana, los habitantes de Dogecoin se encontraron a la deriva en los mares tormentosos de la desesperación del mercado. La pantalla grande de la sesión de negociación del domingo reveló un cuadro sombrío: Dogecoin, ese bufón en el tribunal de las criptomonedas, había perdido el 1,41% de su valor en 24 horas, y su precio languidecía en 0,16 dólares. Ese fue también el destino de Bitcoin, que soportó su semana más miserable desde marzo, un espectáculo de locura digno de una tragedia tolstoyana.

De martes a viernes, Dogecoin cayó cuatro días seguidos, una danza masoquista de declive, y cerró la semana con una herida del 10,49% en su orgullo (y en su cartera). El mercado, tambaleándose por la carnicería de liquidación de 19.000 millones de dólares de octubre (una crisis repentina que vaporizó 1 billón de dólares como el sueño de un campesino) siguió siendo un teatro de pavor existencial. El interés abierto en los futuros de criptomonedas, que alguna vez fue un titán inflado, ahora avanzaba cojeando como un borracho, mientras que el Índice de Miedo y Avaricia, en un gélido 18, susurraba sobre “miedo extremo”. Un himno apropiado para nuestros tiempos, se podría decir.

Sin embargo, en medio de este caos, el equipo de Dogecoin, siempre traviesos bufones, trató de romper la oscuridad con un tweet: “ES SEMANA. ¿QUÉ HACE UN DOGE?” Una pregunta tan profunda como absurda, que resuena en el vacío como el ladrido de un Shiba Inu a medianoche. Uno podría imaginarse al propio Tolstoi bromeando: “Ah, la eterna lucha: ¿dormir o dormir? ¿Ladrar o… bueno, ladrar más?”.

ES SEMANA. ¿QUÉ HACE UN DOGE?

– Dogecoin (@dogecoin) 16 de noviembre de 2025

Dogecoin, esa chispa democrática de la parte más vulnerable de las criptomonedas, se nutre de esa ligereza. Nacida de un meme, ha ascendido a la novena criptomoneda más grande, con una capitalización de mercado de 24.400 millones de dólares disfrazada de broma. Sin embargo, aquí reside su genialidad: en un mundo de trajes serios y algoritmos solemnes, baila descalzo, un Shiba Inu en una habitación llena de Dobermans.

Elon Musk, ese Prometeo moderno, prestó su llama a la causa y publicó un meme de Shiba Inu tocando un banjo. ¿Una broma? ¿Una profecía? Sólo el futuro juzgará. Mientras tanto, 21Shares, socio de “House of Doge”, lanzó ETF que aún podrían convertir a este perro en una dinastía financiera. O, como nos recuerda a menudo la historia, en una advertencia.

2025-11-16 20:10