RESEÑA: “El agente secreto” (2025)

“El agente secreto” comienza con una escena visualmente impresionante que muestra la belleza de la filmación de PanaVision. Vemos a Marcela (Wagner Moura) conduciendo su Volkswagen Beetle de color amarillo brillante en el Brasil rural, deteniéndose en una gasolinera en ruinas para cargar combustible. Después de una breve y tensa interacción con un policía corrupto, Marcela continúa su viaje a Recife, el escenario principal del resto de la película.

La película comienza con una secuencia sorprendente que muestra de inmediato las hermosas imágenes de este cautivador thriller. El director Kleber Mendonça Filho y la directora de fotografía Evgenia Alexandrova utilizaron lentes y equipos clásicos de PanaVision para filmar “El agente secreto”, dándole una sensación cinematográfica más amplia y una apariencia que recuerda a las películas de los años 1970. Pero es más que un simple guiño estilístico; el trabajo de la cámara realmente te transporta al animado mundo de la historia.

Si bien “El agente secreto” no es obviamente una película política, el clima político del Brasil de 1977 es fundamental para este apasionante thriller. Los títulos iniciales lo llaman “una época de grandes travesuras”, pero esa es una descripción suave de la realidad. Brasil estuvo bajo una brutal dictadura militar durante veinte años, y cualquiera que hablara en contra del gobierno enfrentaba persecución y, a menudo, era silenciado.

En Recife, Marcela encuentra a Doña Sebastiana (interpretada por la maravillosa Tânia Maria), que en secreto da refugio a refugiados políticos en uno de sus edificios de apartamentos. Pronto descubrimos que Marcela es en realidad una de estos refugiados, originalmente llamada Armando, un ex profesor e investigador de ingeniería. El hecho de que no fuera una amenaza significativa para el gobierno resalta cuán extendida fue la persecución durante ese tiempo, un punto que el director de la película enfatiza hábilmente.

Un flashback revela que Armando estaba liderando un prometedor proyecto universitario de investigación de baterías de litio. Un funcionario gubernamental deshonesto, Ghirotti, vio lo valiosa que era la investigación y trató de cerrar el departamento de Armando. Ghirotti planeó robar la investigación y venderla a una empresa privada en la que había invertido. Armando y su esposa, Fátima, se defendieron y se convirtieron en blanco de la corrupción de Ghirotti.

En 1977, Armando está de luto por la reciente pérdida de su esposa y su hijo, Fernando, está siendo criado por sus abuelos. Armando le dice a Fernando que su madre murió de neumonía, pero las circunstancias parecen sospechosas, especialmente considerando un encuentro anterior con Ghirotti. Mientras tanto, Ghirotti descubre que Armando está en algún lugar de Recife y decide matarlo. Contrata a dos sicarios de São Paulo (un duro exsoldado llamado Augusto y su hijastro, Bobbi) para encontrar y eliminar a Armando.

“El agente secreto” es una historia compleja y esto es sólo una breve descripción. Varios otros personajes importantes impulsan la trama. Vemos escenas convincentes con el preocupado suegro de Armando, Alexandre (Carlos Francisco), que trabaja como proyeccionista de cine. El jefe de policía, Euclides Cavalcanti (Roberio Diógenes), es un funcionario corrupto que cumple órdenes del régimen con sus dos hijos. Igualmente fascinante es Elza (Maria Fernanda Cândido), quien lidera un grupo de resistencia dedicado a ayudar a Armando a escapar de la ciudad.

Coordinar todos los diferentes elementos de esta película fue un verdadero desafío, pero ver a Filho lograrlo es cautivador. Aborda su trabajo con calma y confianza, rompiendo constantemente con las convenciones. Ni él ni la película se sienten constreñidos por fórmulas o expectativas típicas, lo que permite una libertad creativa única. Sin embargo, esta libertad no siempre beneficia a la película. Por ejemplo, la escena en la que una pierna amputada habla atacando a la gente en un parque resulta extraña y altera el tono general. Si bien está inspirado en una noticia extraña de la vida real y pretende representar la opresión del gobierno, en última instancia es un momento discordante y que distrae.

Dada la extensa narrativa de la película, es comprensible que algunos personajes no reciban la atención que merecen. Sin embargo, todavía hay una gran cantidad de detalles que apreciar en el trabajo de Filho. Sus escenas bellamente elaboradas recrean vívidamente el Brasil de los años 70, aprovechando al máximo cada elemento visual. Capta todo de manera experta, desde el intenso calor hasta la energía del Carnaval, sumergiendo completamente al espectador en esta época tumultuosa. Wagner Moura ofrece una actuación destacada en un papel cada vez más matizado y sirve como un fuerte ancla para una película verdaderamente impresionante.

2025-11-26 18:58