
Érase una vez, los bonos del Tesoro de Bitcoin disfrutaron del brillo de la adoración de los inversores, su valor de mercado se elevó por encima del mero valor de sus tenencias de BTC. ¿Por qué? Debido a que las masas creían-nay, *adoraban *su capacidad de crecer, para monetizar el caos, para ser el puerto seguro en la tormenta de la criptomoneda. Su valor de activo neto del mercado (MNAV), un número sagrado siempre mayor que 1, fue el testimonio de su derecho divino a gobernar. Pero, por desgracia, Julio Moreno de Cryptoquant, un moderno Cassandra, advierte que la volatilidad anualizada de Bitcoin se ha desplomado a mínimos de varios años. La fiesta se acabó, camaradas. 🎈✨