
Kurnia Bijaksana, esa salvia de los cañones criptográficos, intervino con una historia tan antigua como el tiempo mismo. Bitcoin, junto con sus primos ruidosos, los altcoins, dieron un derrame anoche, una fuerte declive que envió a los comerciantes a luchar como pollos en una tormenta eléctrica. El culpable? Una zona de resistencia obstinada cerca de $ 115,000, tan inflexible como una mula con una mente propia. El rechazo provocó una liquidación, una estampida a través de las llanuras criptográficas, dejando a los analistas que examinaran el polvo en busca de pistas.