
Utilizando los polvorientos archivos del Banco de Pagos Internacionales (BPI), estos intrépidos economistas identificaron tres “olas de dolarización” desde los oscilantes años 60. Aparentemente, las tendencias monetarias son tan cíclicas como los dobladillos, aunque mucho menos halagadoras. “No encontramos ninguna tendencia monótona”, afirma el periódico con la emoción de un paño de cocina húmedo. En cambio, la acción del dólar se balancea como el corcho de una copa de champán: burbujeante pero, en última instancia, olvidable. 🥂💹