El descenso de Bitcoin a la locura: una historia de problemas de 90.000 dólares 💸🔥

En la tundra helada de finales de 2025, donde el sol de la esperanza se pone en el gráfico de precios de Bitcoin, encontramos un mundo que gime bajo el peso de su propia arrogancia. El mercado, que alguna vez fue un orgulloso semental, ahora cojea hacia los establos de la desesperación de 2022, con sus cascos envueltos en el hielo de las pérdidas realizadas. “¿Cómo se pudo llegar a esto?” uno podría preguntar, bebiendo té amargo mientras observa cómo se marchitan las mechas de los candelabros. Desgraciadamente, la respuesta está en la cruel aritmética de la codicia y los volubles caprichos de la liquidez.

Glassnode, ese escritor moderno de historias sobre blockchain, relata una saga de desgracias: Bitcoin se tambalea por encima de un espejismo de base de costos, pero se ahoga en un mar de demanda que se desvanece. Los inversores a corto plazo, esas pobres almas, ahora bailan sobre la cuerda floja de “posiciones difíciles” mientras el mercado susurra: “Salta y puede que no se rompa”. Un cuento de hadas, por cierto.

El regreso de las pérdidas fantasma 👻

Las pérdidas realizadas, esos espectros de locuras pasadas, han vuelto a atormentar a la tierra. Aumentan hasta los niveles de 2022, un eco fantasmal del coro sombrío del mercado bajista. La pérdida relativa no realizada (30D-SMA) se sitúa ahora en el 4,4%, una cifra que haría llorar incluso a los campesinos de Tolstoi mientras comen borscht. ¿Por qué? Porque cuando Bitcoin cae por debajo de los 90.000 dólares, no es sólo un precio: es un veredicto sobre el carácter moral de cada poseedor de una billetera.

¿Y qué pasa con el reciente rebote por encima de los 92.000 dólares? Un respiro temporal, como el sueño de un campesino antes de que lleguen los recaudadores de impuestos del zar. Las entidades todavía pierden 555 millones de dólares diarios y sus monedas se venden como el año pasado en el mercado de un pueblo. ¿La memoria del mercado? Más corta que la paciencia de un comerciante durante una incursión bajista.

Sin embargo, en medio del pesimismo, los tenedores a largo plazo participan en un gran baile de toma de ganancias, recaudando mil millones de dólares diarios. Es una cruel ironía: mientras los miopes venden sus almas por pan, los pacientes se dan un festín con las ganancias. Se podría llamarlo justicia, o quizás la idea que tiene el universo de una broma oscura.

Bitcoin se aferra al True Market Mean, una endeble balsa en un mar tormentoso. La caída del precio por debajo de los 90.000 dólares ha puesto a prueba su determinación, pero un destello de demanda brilla cerca de los 95.000 dólares. ¿Se recuperará o se ahogará en el abismo de la desesperación cuantil? Sólo el tiempo dirá cuál será el próximo recorte de tipos de la Reserva Federal.

La muerte de la liquidez 🪦

Los flujos de ETF, que alguna vez fueron un manantial de liquidez, ahora gotean como el último sorbo de agua de un hombre sediento. Los mercados al contado también se han vuelto frágiles como el pergamino viejo. Los libros de pedidos se hunden bajo el peso de su propio vacío y los derivados susurran advertencias. Las tasas de financiación, que alguna vez fueron audaces como la acusación de un cosaco, ahora rondan la neutralidad: una tregua con el destino.

¿El tono del mercado? A la defensiva, como un campesino que se esconde de la tormenta. Todos los ojos se vuelven hacia el recorte de tasas de la Reserva Federal, una campana distante que puede sonar la salvación o otro canto fúnebre. Y entonces, querido lector, nos queda reflexionar: ¿la historia de Bitcoin es una historia de redención o un invierno ruso que nunca termina? 🌡️🐻

2025-12-11 17:07