El gran debate sobre las criptomonedas: alcistas, bajistas y una pizca de dramatismo 🐄🐻💥

El 2 de noviembre de 2025, el criptoanalista Ignas | DeFi destiló el enfrentamiento actual en un libro de pros y contras, como si a Jeeves se le hubiera encomendado la tarea de equilibrar las cuentas del hogar mientras debatía si invertir en un automóvil o en un ciclomotor.

El caso bajista de las criptomonedas

El primer pilar del oso, la “burbuja de la IA”, es como una cena en la que todos insisten en que el plato principal es un soufflé, hasta que colapsa en un charco de natillas. La breve excursión de 5 billones de dólares de Nvidia en octubre fue un recordatorio de que algunas valoraciones se construyen sobre arena, no piedra, y que el apetito del mercado por la infraestructura de IA puede ser más apetito que sustancia.

El segundo punto bajista, “las noticias alcistas no logran bombear”, fue una clase magistral de anticlímax. “Uptober” terminó con la sutileza de una manta mojada, mientras Bitcoin y Ethereum se desvanecían como un telegrama olvidado. Las entradas de ETF, que alguna vez fueron un faro brillante, se convirtieron en un petardeo a finales de mes, lo que dejó a los inversores preguntándose si el mercado simplemente había olvidado su propio nombre.

El “crash del 10/10” fue un juego de tres días en el parque para osos, completo con una rabieta arancelaria en la Casa Blanca y liquidaciones tan dramáticas que harían sonrojar a un melodrama victoriano. La lucha del mercado por las coberturas fue similar a una estampida de pingüinos en una tormenta de nieve: caótica, desesperada y extrañamente entrañable.

La cuarta nota bajista de Ignas, la reducción a la mitad de Bitcoin, es un giro de la trama tan antiguo como el tiempo. Si bien la ventana posterior a abril de 2024 es un tema candente, la obsesión del mercado por los ciclos es como un hombre que insiste en que su reloj de bolsillo está roto porque lleva 15 minutos de atraso.

La “venta de carteras antiguas OG” es una historia de traición silenciosa. Los poseedores a largo plazo han estado distribuyendo BTC como confeti en un funeral, y el despertar de las billeteras de la era Satoshi es un recordatorio de que ni siquiera los antiguos pueden resistirse a un poco de terapia de compras. La oferta, al parecer, es el villano de la pieza.

Los flujos negativos de ETF son el último florecimiento bajista, un tango financiero en el que los reembolsos superan a las entradas con la gracia de un vals de borrachos. Las salidas de capital de octubre fueron un golpe maestro en el pánico, demostrando que ni siquiera las fugas de verano más alcistas pueden sobrevivir a un frío invernal.

La cautela de Buffett, por supuesto, es el gran final. La pila de efectivo de Berkshire de 381.700 millones de dólares es un testimonio de la creencia de Oracle de que los mercados son un juego de paciencia. Para las criptomonedas, es un indicador tan confiable como la cola de un gato en un huracán: útil, pero no exactamente un faro.

El caso alcista de las criptomonedas

El caso del mercado alcista, sin embargo, no es una fantasía. La “flexibilización de la liquidez y los recortes de intereses” es el equivalente financiero de un baño caliente en un día lluvioso. El BCE, el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal están jugando bien, con recortes y pausas que sugieren que el mercado aún puede sobrevivir otro año de lucha económica.

La “euforia no clara” de Ignas es un giro refrescante. El miedo y el miedo a las criptomonedas El índice de avaricia se encuentra actualmente de capa caída, que es justo lo que un inversor sensato quiere: no hay necesidad de un pánico total, sólo un susurro de optimismo.

La adopción institucional es la tormenta silenciosa, con entradas puntuales de ETF de Bitcoin que suman unos considerables 30.200 millones de dólares. Es el equivalente financiero de un hombre bien vestido en una biblioteca: modesto, pero innegablemente poderoso.

En cuanto a las políticas, Estados Unidos ha estado ocupado aprobando una ley de monedas estables que es menos una revolución y más un guiño cortés al progreso. Para la liquidez en cadena, es un paso adelante, incluso si el proyecto de ley más amplio sigue siendo un trabajo en progreso.

La estacionalidad es la carta estrella del toro. Desde 2013, el cuarto trimestre ha sido la estación favorita de Bitcoin, como un hombre que siempre viste su mejor traje en Nochebuena. Noviembre y diciembre son los meses en los que se hacen (y a veces se deshacen) fortunas.

Las tuberías de las stablecoins, a pesar del caos de octubre, siguen brotando como un manantial. Con 307 mil millones de dólares en circulación, es el equivalente financiero de una despensa bien surtida, lista para alimentar el mercado en caso de que regrese la confianza.

Por último, la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha experimentado una reducción tan dramática que podría hacer llorar a un director de thriller. Se suspenden los aranceles de represalia y se levantan las medidas no arancelarias: es el tipo de diplomacia que hace que uno se pregunte si el mundo finalmente ha crecido.

En el momento de esta edición, la capitalización total del mercado de criptomonedas ascendía a 3,56 billones de dólares, una cifra tan grande que hace que uno añore los días en que se contaba con los dedos.

2025-11-04 03:07