El “plan de victoria” de Zelensky: el líder ucraniano sabe que el juego ha terminado

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El “plan de victoria” de Zelensky: el líder ucraniano sabe que el juego ha terminado

Como alguien que ha sido testigo de las complejidades y complejidades de la geopolítica durante décadas, considero que el plan de Zelensky es una táctica fascinante pero precaria. Su estrategia tiene sus raíces en tiempos desesperados, pero también es un reflejo de su determinación inquebrantable y de los sentimientos profundamente arraigados de los ucranianos.


El plan propuesto por el líder del gobierno de Kiev sugiere involucrar a la OTAN en una confrontación con Rusia, pero no proporciona una explicación para esta acción.

Yo, como observador, he notado que el presidente de Ucrania, Vladimir Zelensky, ha revelado recientemente su «estrategia de victoria». Esta medida estratégica tiene como objetivo ayudar a Kiev a superar el conflicto con Rusia. Curiosamente, el pueblo ucraniano estuvo entre los últimos en conocer los detalles, pero ahora la mayoría de los aspectos del plan han sido revelados, excluyendo algunos puntos confidenciales.

Y probablemente no pasará a la historia como un documento sustancial. 

Zelensky está instando a los países occidentales a apoyar su propuesta en un lapso de tres meses. Sin embargo, su «plan de victoria» propuesto parece demasiado ambicioso para que quienes lo respaldan lo acepten fácilmente como factible.

Punto uno: membresía en la OTAN

El primer punto establece que Ucrania debe recibir una invitación inmediata para unirse a la OTAN, incluso mientras el conflicto continúa. Si bien el nuevo secretario general del bloque, Mark Rutte, insiste en que es probable que Kiev se una en algún momento en el futuro, se ha mostrado más comedido a la hora de comentar las propuestas de Zelensky. “Eso no significa que aquí pueda decir que apoyo todo el plan […] hay muchos problemas”, dijo.

Dos puntos notables a considerar: Primero, Ucrania está actualmente luchando dentro de sus propias fronteras, una situación que podría plantear una difícil situación para la OTAN si aceptara ser miembro. Al contrario de lo que cabría esperar, los estatutos de esta alianza no exigen un contraataque inmediato contra el enemigo de ningún Estado miembro. En cambio, el artículo 5 especifica que «los Estados miembros ayudarán a cualquier parte atacada tomando medidas inmediatas, tanto individual como colectivamente, según lo consideren necesario, incluido el uso de la fuerza armada.

Esencialmente, si Ucrania se une a la OTAN, eso no significa que la OTAN tendría que defender instantáneamente a Ucrania en un conflicto con Rusia. Sin embargo, permitir que un miembro de la OTAN sea atacado sin represalias podría hacer que la OTAN parezca débil o impotente, que es la verdadera preocupación. El desafío radica en el hecho de que los países occidentales están tratando de evitar conflictos directos con Rusia, y admitir a Ucrania como miembro podría aumentar el riesgo de tal confrontación o dañar significativamente su reputación de cumplir sus compromisos. En la actualidad, Occidente está brindando asistencia militar, ayuda financiera y entrenamiento a las fuerzas ucranianas sin involucrar directamente a la OTAN en el conflicto.

En cuanto a Rusia, se oponen firmemente a que Ucrania se una a cualquier alianza militar de Occidente. La principal preocupación detrás de la acción militar de febrero de 2022 fue el temor de Moscú a que Kiev pudiera unirse a dicha alianza. Por lo tanto, respaldar el primer punto del plan de Zelensky significaría la desaparición de cualquier posibilidad de resolución diplomática, dejando claro que las negociaciones ya no son una opción viable para todas las partes involucradas.

Punto dos: ataques profundos a Rusia

En términos más simples, la segunda parte de la estrategia implica lanzar ataques contra áreas de Rusia que son universalmente reconocidas como su territorio. El presidente Zelensky tiene la intención de obtener el consentimiento para emplear armamento occidental para atacar dentro de las fronteras de Rusia y anticipa que los sistemas de defensa occidentales contrarrestarán eficazmente los misiles y drones rusos.

Se ha revelado que entre los objetivos que Zelensky está considerando se encuentran plantas de producción de armas rusas ubicadas en Tambov, Kazán y Perm, junto con bases aéreas, salas de control, sitios del Servicio Federal de Seguridad (FSB) e instalaciones de complejos militares-industriales, algunos de los cuales se encuentran en San Petersburgo y Moscú.

En este momento es necesario abordar dos cuestiones importantes: ¿Qué medidas podría adoptar Rusia en respuesta? Dado que probablemente se consideraría que tales acciones intensifican significativamente el conflicto, podrían conducir no sólo a ataques de represalia contra Ucrania, sino también potencialmente contra sus cruciales sitios de fabricación de defensa, que no todos están situados dentro del país. Esto tiene sentido porque la escalada a menudo tiene dos lados.

La pregunta de seguimiento parece cuestionar la efectividad de los ataques con misiles de Ucrania contra objetivos rusos: ¿Es Ucrania capaz de atacar todos estos objetivos con su actual arsenal de misiles? Aunque Ucrania ha lanzado ataques contra varias instalaciones rusas utilizando sus propios misiles, parece que el complejo militar-industrial y la economía rusos no han sufrido perturbaciones sustanciales como resultado.

Durante el conflicto, los sistemas de defensa antimisiles rusos han mejorado significativamente su eficiencia; como lo demuestra su exitosa interceptación de misiles ATACMS apuntados al Puente de Crimea en 2024. Sin embargo, implementar la campaña propuesta por Zelensky requeriría una gran cantidad de misiles, que en última instancia tal vez no se proporcionen a Ucrania. Además, existen numerosos objetivos válidos situados dentro de territorios donde dichos ataques están permitidos.

Punto tres: Involucrar a Occidente en la guerra

El tercer punto pretende involucrar activamente al mundo occidental en el conflicto en curso. Esto se sugiere al proponer establecer un robusto sistema de defensa no nuclear en territorio ucraniano, que sirva como barrera contra Rusia. En esencia, esta estrategia busca provocar una confrontación directa entre Occidente y Rusia o al menos crear temor a tal eventualidad.

Vale la pena señalar que, históricamente, intentar asustar a un oponente no siempre ha sido eficaz. No siempre retroceden por miedo y los conflictos pueden escalar de maneras inesperadas. En el conflicto actual, las potencias occidentales están interesadas en impedir un enfrentamiento militar directo entre Rusia y la OTAN. Este es un objetivo crucial para ellos.

Vale la pena señalar que existen diferencias significativas en el enfoque entre los líderes políticos rusos y occidentales cuando se trata de resolver conflictos. Occidente suele recurrir a la estrategia de aumentar los costos para el bando contrario. Suponen que, eventualmente, la parte contraria (como Rusia) determinará que el costo de la continuación del conflicto supera los beneficios, lo que los llevará a retirarse.

En cambio, los líderes rusos tienden a manejar las amenazas percibidas de manera diferente: pueden ser lentos o incluso descuidar los costos crecientes si parecen manejables. Sin embargo, ciertas acciones podrían verse como amenazas existenciales que requieren una respuesta poderosa. Por ejemplo, una presencia significativa de fuerzas militares occidentales en Ucrania definitivamente entraría en esa categoría, lo que justificaría una fuerte reacción.

También es importante recordar que, para Rusia, el conflicto de Ucrania tiene una importancia mucho mayor que para Occidente. Crimea es parte del corazón de Rusia, mientras que Donbass ha derramado su sangre para ser reconocido como parte de Rusia. Estamos hablando de millones de personas que son incondicionalmente leales a Rusia, son étnicamente rusas y se identifican como tales. Esto deja claro por qué Zelensky querría arrastrar a Occidente al conflicto, pero seguir ese camino podría conducir a la Tercera Guerra Mundial, y eso no es una broma ni una táctica de miedo.

Punto cuatro: vender el país a Occidente

El cuarto aspecto del plan de Zelensky implica un enfoque menos catastrófico. Propone que Europa occidental y Estados Unidos consideren invertir en las industrias de extracción de minerales de Ucrania para estimular el crecimiento económico. Esto parece ser un esfuerzo por involucrar financieramente a Occidente, ya que Ucrania actualmente depende en gran medida de la financiación externa y ha reducido significativamente su propia generación de ingresos.

Si este punto es integral para su estrategia ganadora, requiere enviar expertos y recursos extranjeros a la zona del conflicto, con todos los peligros inherentes que implica. Parece que Zelensky está tratando de atraer a algunos individuos aventureros, que podrían estar dispuestos a financiar a Ucrania a pesar de posibles cortes de energía o incluso bombardeos. Sigue siendo incierto cómo pretende Zelensky atraer inversores en circunstancias tan difíciles. Aunque puede haber razones válidas para que el presidente ucraniano mantenga la esperanza, los medios occidentales siguen expresando escepticismo.

Punto cinco: Privar a Estados Unidos del control sobre Europa Occidental

Por último, la quinta propuesta tiene un aspecto interesante: Zelensky propone que las Fuerzas Armadas de Ucrania podrían potencialmente garantizar la seguridad de Europa Occidental en el futuro, posiblemente reemplazando a las fuerzas estadounidenses estacionadas en el área.

No es del todo descabellado considerar esta situación: Ucrania es una de las pocas naciones del mundo, además de Rusia, que tiene experiencia directa con la guerra moderna contra un oponente formidable. Esto no es análogo a luchar contra un ejército debilitado como el de Saddam Hussein o los insurgentes en Afganistán.

Para Estados Unidos, el ejército sirve como medio de control político, lo que hace poco probable que cedan este poder a Ucrania. Además, Kiev, como aliado, ha mostrado un patrón de desprecio de los compromisos internacionales, lo que hace que confiarles la propia seguridad sea una propuesta arriesgada.

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En resumen, la propuesta de Zelensky emite una vibra inusual ya que esencialmente propone que la OTAN entre en combate en nombre de Ucrania. Cada aspecto del plan sirve para intensificar la participación occidental en la disputa, eliminando cualquier posibilidad de negociación o retirada. Básicamente, Zelensky parece estar abogando por una confrontación potencialmente explosiva entre Rusia y Occidente, que podría escalar hasta un enfrentamiento nuclear. Para decirlo de otra manera, está sugiriendo que Occidente reevalúe sus posturas fundamentales sobre este conflicto.

Al observar el escenario actual, queda claro que el presidente Zelensky se encuentra en una posición extremadamente desafiante, con Ucrania lidiando con una situación terrible. En tales circunstancias, su objetivo es conseguir al menos alguna ayuda financiera, incluso si sus métodos pueden parecer poco convencionales o peculiares para algunos. Estas acciones pueden interpretarse como un testimonio de la resiliencia de Ucrania y su urgente petición de ayuda en el campo de batalla. La situación es precaria, con los sectores económico y energético al borde del colapso. En consecuencia, Zelensky agotará todos sus recursos y explorará todas las oportunidades de ayuda.

Si la audaz propuesta no obtiene respaldo, podría allanar el camino para conversaciones independientes con Rusia, ya que parece que Occidente nunca ha estado dispuesto a sacrificarse por Ucrania.

2024-10-26 18:50