Explicación del final de ‘Balada de un jugador pequeño’

La Balada de un pequeño jugador de Netflix tuvo mucho que ofrecer. El director, Edward Berger, venía de películas de éxito como Sin novedad en el frente occidental y Cónclave, que fueron elogiadas por la crítica, el público y las entregas de premios. El actor principal, Colin Farrell, es un intérprete muy respetado conocido por ofrecer actuaciones sólidas de manera constante. Además, la película se basó en una novela muy valorada de 2014 de Lawrence Osborne. Parecía una apuesta segura que Netflix apoyara la versión de Berger y Farrell de esta extraña y llena de suspense sobre una adicción al juego.

A pesar del talento involucrado, la película Ballad of a Small Player no está funcionando tan bien como se esperaba. Tiene una puntuación baja en Rotten Tomatoes y no es popular entre los espectadores de Letterboxd, lo que efectivamente pone fin a sus posibilidades de ganar un Oscar. Si bien Colin Farrell ofrece una actuación sólida, la historia podría haber funcionado mejor como libro, e incluso así, deja muchas cosas abiertas a la interpretación. Si ha visto la película y está confundido, hemos recopilado algunas respuestas a sus preguntas.

Lord Doyle de Colin Farrell es un narrador poco confiable


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Ambientada en la bulliciosa escena de los casinos de Macao, China, Ballad of a Small Player presenta a un hombre que parece ser Lord Doyle. Vive lujosamente en un hotel de lujo, pero no puede pagar la cuenta. Su habitación está desordenada con ropa y botellas vacías, lo que sugiere una vida dedicada a beber, comer y jugar. Aunque parece rudo, Lord Doyle intenta desesperadamente mantener un aire de sofisticación. Hace grandes apuestas, pero actúa como si el dinero no fuera una preocupación, y rápidamente se hace evidente que está montando un espectáculo.

La verdad se revela cuando el personaje de Tilda Swinton, Cynthia Blithe, aparece y lo fotografía en secreto. Ella es una investigadora privada contratada para encontrarlo y recuperar el dinero que robó. Resulta que ‘Lord Doyle’ no es un noble en absoluto, sino un ex abogado que estafó a personas mayores con los ahorros de toda su vida antes de salir corriendo a apostarlo todo.

Doyle, cuyo verdadero nombre es Riley, en realidad no es rico ni pertenece a la nobleza, pero finge serlo. Este no es un giro sorprendente en la trama, sino más bien una forma en que la película resalta su carácter defectuoso. Sus intentos de parecer de clase alta son exagerados: piense en chaquetas de terciopelo llamativas y guantes de color amarillo brillante, supuestamente para darle suerte. Prefiere el champán, una bebida asociada con la riqueza, y finge ser un hábil jugador de baccarat, a pesar de que el juego es puramente azar. Sin embargo, Doyle reconoce sus tendencias autodestructivas. Se entrega a cantidades excesivas de comida y alcohol, pero su verdadera compulsión no son las sustancias en sí, sino la emoción de estar en una situación precaria. Parece querer perder activamente.

Cuando nos encontramos con Doyle, él ya está profundamente endeudado: más de 100.000 dólares, y eso es justo de lo que somos conscientes. Le han dado hasta el martes para pagar, pero inmediatamente gasta el dinero que consigue en lujos como champán, langosta y juegos de azar. La historia comienza como un intento desesperado por saldar sus deudas y evitar problemas graves. Sin embargo, al igual que el libro original, la película explora temas que van más allá de las luchas personales de un hombre.

Explicación del final de ‘Balada de un pequeño jugador’

Su ambigüedad es una declaración sobre la adicción


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A mitad de Ballad of a Small Player, Doyle se encuentra en un restaurante exclusivo, comiendo en exceso mientras contempla sus próximos pasos. En el libro, piensa en fingir que sufre un infarto, pero en la película se desploma como si realmente sufriera uno. Afortunadamente, Dao Ming, un usurero compasivo relacionado con los casinos que visita Doyle, está ahí para ayudar. Ella cubre su factura y lo lleva en secreto a una pequeña cabaña frente al mar, donde lo cuida hasta que se recupera.

Dao Ming juega un papel clave al presentarle a Doyle las creencias que rodean el Festival de los Fantasmas Hambrientos y su mitología. La historia tiene lugar durante el festival y ella explica que la otra vida no se trata solo del cielo y el infierno. En cambio, se cree que las almas de quienes luchan contra la adicción, como Doyle, entran en un reino donde buscan satisfacción sin cesar pero sólo encuentran vacío. Doyle también se identifica como “gweilo”, que significa “fantasma extranjero”, un término para los visitantes no chinos, en particular los turistas que juegan juegos de azar, que se sienten aislados y alejados de la comunidad local.

Después de que Dao Ming lo salva, ella lo insta a cambiar su vida. La atormenta el hecho de que las personas a las que les prestó dinero se quitaron la vida cuando no pudieron pagarle. Teme que Doyle enfrente un destino similar si no cambia. Mientras está fuera, Doyle descubre lo que parecen ser sus ahorros ocultos e inmediatamente comienza a jugar nuevamente. Arriesga la cantidad total en una sola partida de baccarat contra un compañero jugador profesional y gana, cubriendo fácilmente sus deudas. Sin embargo, las cámaras del casino parecen mostrar algo (o alguien) detrás de él y se le acusa de hacer trampa. Anteriormente, Doyle tuvo una visión inquietante de sí mismo como un espíritu en el espejo de su baño.

La película concluye con Doyle partiendo con sus ganancias, que luego destruye en una quema ritual durante el Festival del Fantasma Hambriento. La película no ofrece respuestas claras, dejando los hechos reales y su significado abiertos a la interpretación. Una posibilidad, consistente con el material original, es que Dao Ming no fuera una persona real, sino un espíritu que intentaba advertir a Doyle sobre su destino. También es posible que Doyle muriera en el restaurante y ahora esté comenzando su vida futura como un fantasma hambriento. Alternativamente, un fantasma hambriento pudo haberlo ayudado a ganar en baccarat, lo que en última instancia alimentó su adicción al juego.

El final de la película representa la caída de Doyle, y las imágenes recurrentes del ‘fantasma hambriento’ resaltan el poder destructivo del juego y la adicción. Aquellos que vieron más allá de los créditos disfrutaron de una escena más ligera de Farrell y Swinton bailando, que hace eco de un momento anterior en el que Doyle le pide a Cynthia que baile con él, ofreciendo un breve respiro de los temas más pesados ​​de la película. Balada de un pequeño jugador estará disponible en Netflix a partir del 29 de octubre.

2025-10-29 00:33