¿Kiyosaki vende Bitcoin? 🤑 ¿Centros de cirugía sobre Satoshi?

Conclusiones clave

¿Kiyosaki ha abandonado Bitcoin por completo? 🧐

Difícilmente. El hombre todavía se aferra a su amada digital, aunque ha decidido coquetear con objetivos más tangibles. Planea volver a adquirir Bitcoin más adelante, una vez que sus nuevas empresas comiencen a arrojar dinero en efectivo como una fuente en Versalles.

¿Qué riquezas traerán estas nuevas empresas? 💰

Unos modestos 27.500 dólares al mes, libres de impuestos, a partir de febrero. Lo suficiente como para hacer sonrojar a un zar, aunque Kiyosaki parece imperturbable, con sus arcas ya llenas del botín de bienes raíces.

Robert Kiyosaki, el sabio de “Padre rico, padre pobre”, se ha desprendido de una parte de su tesoro de Bitcoin: unos fantásticos 2,25 millones de dólares. El momento, como dicen, lo es todo: Bitcoin ronda los 84.567,86 dólares, una caída de apenas el 1,12% en las últimas 24 horas, según CoinMarketCap. Una caída, eso sí, que tiene al mundo de las criptomonedas agarrando sus perlas.

Lo verdaderamente divertido no es el beneficio (aunque entre 6.000 y 84.567 dólares no es un estornudo), sino la audacia del hombre. Mientras otros se jactan de fervor religioso, Kiyosaki entra en centros quirúrgicos y negocios de vallas publicitarias, como si Bitcoin fuera un mero trampolín hacia mayores glorias.

¿Por qué la repentina huida de las criptomonedas? 🚀

Kiyosaki, siempre pragmático, ha decidido cambiar sus sueños digitales por ladrillos y cemento. Dos centros quirúrgicos y un negocio de vallas publicitarias, nada menos. “Flujo de caja positivo”, declara, con la confianza de un hombre que ha visto más auges y caídas que una novela rusa.

“Calculo que mi inversión de 2,25 millones de dólares en Bitcoin en los centros quirúrgicos y en el negocio de Bill Board generará un flujo de caja positivo aproximadamente”.

Aproximadamente, efectivamente. Casi se puede oír al fantasma de Turgenev riéndose del error tipográfico, un recordatorio de que ni siquiera los más ricos son inmunes a algún error ocasional.

La lógica de Kiyosaki es tan clara como el invierno de Moscú: las ganancias digitales están bien, pero los activos reales (aquellos que derrochan efectivo mes tras mes) son materia de riqueza duradera. Para febrero, espera añadir 27.500 dólares a sus ya gigantescos ingresos, nada menos que libres de impuestos. Una suma que haría sentir envidia a un noble.

¿Qué pasa con su gran estrategia? 🎭

Con esta medida, el flujo de caja mensual de Kiyosaki aumentará a cientos de miles, un testimonio de su fe inquebrantable en los activos reales. Bitcoin, insiste, sigue siendo un favorito, pero uno no debe poner todos sus rublos en una sola billetera criptográfica. Su filosofía, perfeccionada desde la infancia, es tan firme como el amor de un campesino por la tierra: rendimientos constantes, activos tangibles y una saludable dosis de escepticismo.

“Las criptomonedas no son más que un músico en mi gran orquesta”, parece decir, “mientras que el sector inmobiliario dirige la sinfonía”. Un sentimiento que podría irritar a los puristas de las criptomonedas, pero claro, Kiyosaki nunca ha sido de los que siguen a la multitud.

Reconoce, con un guiño y un gesto de asentimiento, que su camino no es para todos. Warren Buffett y Donald Trump, señala, juegan con reglas diferentes. Pero entonces, ¿quién no preferiría un centro quirúrgico a un certificado de acciones?

Sin embargo, el momento de su venta es curioso. El dominio de Bitcoin ha caído al 58,99%, como si el rey de las criptomonedas estuviera perdiendo su corona frente a empresas emergentes como Ethereum, Solana y XRP. El miedo y el miedo El índice de codicia se sitúa en un miserable 10, una señal de miedo extremo. Los comerciantes, al parecer, corren hacia las colinas, mientras Kiyosaki tranquilamente reinvierte su botín.

Las predicciones de Kiyosaki: ¿una historia de contradicciones? 🔮

A principios de este año, profetizó el ascenso de Bitcoin a 175.000 dólares o incluso 350.000 dólares para 2025, un pronóstico que hizo que muchos asintieran con la cabeza. Sin embargo, en julio advirtió sobre un colapso inminente, calificándolo de “buenas noticias” para quienes tengan la paciencia de esperar. Un colapso, dijo, permitiría a los creyentes a largo plazo comprar con descuento, una estrategia tan antigua como el propio trueque.

Estas posturas contradictorias revelan a un hombre que baila a su propio ritmo, abrazando la volatilidad de Bitcoin mientras se ancla en la estabilidad de los activos reales. Mientras el mercado tiembla de miedo, sus acciones envían un mensaje claro: la riqueza no está en poseerla, sino en transformarla. Los activos volátiles no son más que combustible para el fuego de los ingresos estables.

Entonces, mientras Bitcoin se tambalea y los comerciantes tiemblan, Kiyosaki se mantiene firme, y sus centros quirúrgicos y vallas publicitarias son un testimonio de su perdurable sabiduría. Queda por ver si su estrategia capeará la tormenta, pero una cosa es segura: el hombre sabe cómo hacernos seguir hablando. 🧐💸

2025-11-22 14:22