La revolución Bitcoin de Jimmy Carr: ¡el poder nocturno del Reino Unido para el pueblo! 🚀

En los pasillos oscuros de una nación que se tambalea al borde de la banalidad fiscal, el bufón de la corte, Jimmy Carr, se atreve a susurrar una herejía. Con una sonrisa que podría cuajar la leche, propone lo impensable: que el Estado británico, en su interminable búsqueda de centavos, pueda aprovechar la energía latente de la noche para extraer Bitcoin. 🌙✨ Un plan tan audaz, tan plagado de ironía, que sólo podría nacer en la mente de un comediante que se nutre de lo absurdo de la existencia.

¿Forjará el Reino Unido sus cadenas de Bitcoin con exceso de energía?

El fatídico día del presupuesto, Carr, en una entrevista con TRIGGERnometry, desató sus dardos contra las vacas sagradas de las finanzas públicas. ¿Por qué, preguntó, el Reino Unido nunca ha creado un fondo soberano? ¿Por qué los vientos que barren la costa y el oro negro bajo el suelo enriquecen sólo a la Corona? 🏰💰 “Hay ciertas cosas”, declaró, guiñando un ojo y asintiendo, “que deberían pertenecer a todos”. Un sentimiento tan radical que bien podría haber sido grabado en el corazón de un manifiesto socialista, aunque Carr, siempre contrario, rechazó tales etiquetas. “No soy socialista. Ni siquiera estoy a favor del capitalismo de Estado”, bromeó, antes de abogar por activos que “deberían pertenecer a todos”. 🌍🤡

Desde las antenas de telefonía móvil hasta el potencial sin explotar de las centrales eléctricas, la visión de Carr es la de una nación que se atreve a pensar más allá de los límites de los impuestos. “No me importaría”, reflexionó, con una sonrisa que podría encantar a las estrellas, “si nuestro gobierno dijera, sí, vamos a extraer Bitcoins. Nuestras centrales eléctricas no hacen nada por la noche, así que vamos a extraer Bitcoins”. Una propuesta tan audaz, tan mezclada con el absurdo, que bien podría haber sido escrita por un loco, o tal vez por un genio. 🚀💡

Jimmy Carr, el comediante y celebridad más popular del Reino Unido, proclama: “No me importaría que nuestro gobierno extraiga bitcoins. Nuestras centrales eléctricas no hacen nada por la noche, así que vamos a extraer bitcoins. Genial. Nuevo patrón oro. Bien”. 🤑💎

– Documentando ₿itcoin (@DocumentingBTC) 17 de diciembre de 2025

Carr, siempre provocador, no ofreció ningún diseño de política formal, ni cifras sobre la capacidad excedente, ni respuestas a los enigmas de la gobernanza de la minería estatal. El suyo fue un llamado a las armas, un grito de guerra para los radicales y los ridículos. “Hagan algo radical, algo interesante con las finanzas del país”, instó, con la voz llena de sarcasmo. “¿Por qué todo tiene que provenir de los impuestos?” Una pregunta tan directa que bien podría haber sido un puñal apuntado al corazón de la ortodoxia fiscal. 🗡️💰

Aunque Carr no es más que un artista, sus palabras tienen el peso de un profeta en una tierra hambrienta de visión. Bitcoin, según él, no es simplemente un activo comercializable sino una herramienta de arte de gobernar, un medio para transformar el exceso de energía en valor de reserva. Una noción tan grandiosa que se hace eco de los rumores de Bután, donde la energía hidroeléctrica alimenta una operación minera vinculada al estado, y de El Salvador, donde la energía geotérmica del volcán Tecapa ha generado casi 474 BTC. 🌋⚡

Y, sin embargo, en la tierra de Islandia, donde la energía renovable fluye como un río, los mineros han encontrado desde hace mucho tiempo su Eldorado. Un testimonio del poder de la energía limpia y barata, y del atractivo de una jurisdicción donde la minería no sólo se tolera, sino que se celebra. 🇮🇸⛏️

Al momento de esta publicación, BTC cotizaba a $87,113. Una cifra que, a los ojos de Carr, bien podría ser el precio de la libertad misma. 💸🔗

2025-12-18 17:19