¡Las criptomonedas vienen! Bancos, cuidado 😱

Reece Merrick, un hombre de cierta importancia en Ripple (una empresa, se supone, preocupada por el movimiento de dinero) ha declarado, con la solemnidad normalmente reservada para pronunciamientos de plagas o cosechas particularmente decepcionantes, que el año 2026 será testigo de una verdadera avalancha de instituciones hacia el ámbito de las monedas digitales. Una oleada, claro está, como si estos augustos cuerpos se sintieran repentinamente invadidos por un entusiasmo juvenil colectivo por algo… novedoso. Casi se espera que empiecen a lucir pantalones de colores brillantes y a hablar sobre las últimas tendencias de TikTok. 🤔

“A finales de 2026”, proclamó, con una confianza que sugiere que posee una bola de cristal, o tal vez simplemente un publicista bastante bueno, “cada banco importante, cada administrador de fortunas, cada red dedicada al intercambio de riqueza, tendrá, digamos, activos digitales notados“. Exposición significativa, la llama. Uno sospecha que “significativo” es un término relativo, muy parecido a “significativo” o “considerable”: cosas que estas instituciones son bastante hábiles en redefinir para adaptarlas a sus necesidades.

Según Merrick, parece que estas monedas digitales ya no son un pasatiempo frívolo para hombres jóvenes con demasiado tiempo y acceso a Internet. No, no. Ahora son… necesarios. Uno debe participar, para no quedarse atrás, a la deriva en un mar de competidores más inteligentes. La implicación, naturalmente, es que los que tardan en reaccionar se quedarán lamentando su miopía, muy parecido a un terrateniente que se negó a abrazar la máquina de vapor. 🚂

Y así, la vieja guardia (esos bancos de tan venerable tradición que uno imagina que todavía emplean escribas y libros de contabilidad) se encontrarán perdiendo clientes frente a los advenedizos, los Coinbase y Revolut, que se atreven a ofrecer las últimas comodidades. Si JP Morgan o Chase no pueden satisfacer el deseo de un hombre de poseer estas… cosas de Bitcoin… parece que llevará su negocio a otra parte. ¡Una situación de lo más indecorosa! 💸

“Ya no se trata de si“, afirmó Merrick, con la firmeza de un juez dictando sentencia, “sino de cuán rápido… la locomotora ya ha salido de la estación”. Uno piensa que es una analogía bastante dramática, y uno se pregunta si el señor Merrick alguna vez ha visto una locomotora. Quizás la metáfora se pierda para el ejecutivo moderno.

Las aventuras institucionales de Ripple

La propia Ripple, al parecer, ha estado bastante ocupada. Dejando atrás su antigua apariencia de mero facilitador de pagos, ahora aspira a ser un proveedor de… infraestructura. Una gran ambición, sin duda. Es como si un humilde carretero decidiera de repente construir toda la red de carreteras. 🗺️

Una reciente oleada de claridad regulatoria -un hecho muy afortunado- ha permitido a Ripple aflojar los hilos del bolso, adquiriendo varias empresas con un entusiasmo generalmente reservado para los coleccionistas de sellos o las matronas que buscan gangas.

Se han aventurado en los ámbitos de la ejecución comercial y la gestión de fondos corporativos, absorbiendo entidades como Hidden Road y GTreasury. La adquisición de GTreasury resultó particularmente astuta, poniendo las peculiares capacidades de liquidación de Ripple directamente ante los ojos de quienes gobiernan el flujo de grandes sumas. Una maniobra sutil, por cierto.

Y, por último, su RLUSD -una curiosa designación alfanumérica- ha ganado protagonismo, superando una capitalización de mercado de mil millones de dólares. Una suma nada despreciable, aunque uno sospecha que los verdaderamente ricos apenas se dan cuenta de esas cantidades. 😉

2025-12-24 10:01