
Un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito, con la gravedad de los filósofos y el ingenio de los satíricos, declaró el martes que la demanda de Prime contra el gobierno es tan inútil como el intento de un gorrión de mover una montaña. Durante años, señalaron, Prime negó su riqueza, alegando sólo una miseria en Bitcoin. Sólo más tarde, cuando los vientos de la fortuna cambiaron, se proclamó magnate. “Un retraso de lo más irrazonable”, entonaron los jueces, “y por lo tanto su demanda queda descartada”. Incluso si el Bitcoin existiera -un asunto que dejan al ámbito de la especulación- otorgarle alivio sería injusto. La justicia, al parecer, tiene sentido del humor.