
Marque bien, querido lector, la fecha del 16 de enero de 2025. En esa fatídica mañana, el interés abierto de Shiba Inu se disparó a la vertiginosa cifra de 519 millones de dólares, una cumbre tan elevada que parecía tocar el cielo. Sin embargo, como un muñeco de nieve en julio, se derritió. En febrero, la caída fue tan rápida como un invierno en Moscú, cayendo más del 50%. ¿Y ahora? Ahora ha caído por debajo de los 100 millones de dólares, una cifra tan insignificante que haría sonrojar a un pilluelo de la calle. Coinglass, ese presagio de la fatalidad, reporta apenas 89 millones de dólares, una caída del 80% en nueve meses. ¿Una tragedia, dices? ¿O tal vez una farsa?