Reseña de 'By the Stream': la irónica y extrañamente dulce oda de Hong Sangsoo al arte, el amor y la anguila

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Como cinéfilo experimentado con más de dos décadas de ver películas en mi haber, me siento atraído por el mundo tranquilo e introspectivo de Hong Sangsoo. Con «By the Stream», su largometraje número 32, una vez más me cautiva con su narración suave pero conmovedora. Esta vez, con el telón de fondo de un rústico paisaje otoñal, la película es un testimonio de la capacidad del director para tejer narrativas que son tan silenciosas y oblicuas como intrigantes.

«By the Stream», la película número 32 de Hong Sangsoo, comienza de una manera familiar a sus trabajos anteriores, con dos individuos que no son extraños pero tampoco demasiado familiares, intercambiando saludos corteses. Se hace un comentario prematuro: «No has cambiado en absoluto», insinuando la transformación o el olvido que se desarrolla a lo largo de la historia. A diferencia de otras películas de Hong, esta tiene un suave frío otoñal y ricos tonos rojizos, lo que la distingue como una sutil exploración cómica de actores, eruditos y sueños. Para los devotos seguidores del director, ofrece una bienvenida reconfortante pero vacilante.

En 2024, se espera que la segunda película del reconocido director surcoreano (que ganó el premio de la Berlinale por «Las necesidades de un viajero»), que se estrenará en el Festival de Cine de Locarno, sea menos vista que su primer estreno de ese año. Ambas películas son sutilmente complejas y enigmáticas, un rasgo característico de este director, pero «By the Stream» profundiza más en la ambigüedad como una exploración del personaje, tal vez demasiado profundamente, lo que dificulta atraer al público convencional. Sin embargo, los devotos fans de la película apreciarán su caprichoso trasfondo romántico y dos actuaciones cautivadoras y ligeras de los miembros habituales del reparto Kwon Haehyo y Kim Minhee, quienes interpretan personajes en viajes de autodescubrimiento.

Es Sieon Kwon, quien alguna vez fue un actor respetado y ahora dirige una librería, quien le advierte a su sobrina Jeonim Kim en la escena inicial que ella parece sin cambios. Sin embargo, Jeonim lo niega y afirma que su vida ha experimentado un cambio inesperado. No puede corresponder el cumplido habitual y está claro que le cuesta encontrar las palabras. La carrera como actor de Sieon parece haber recibido un golpe (se dan pistas sobre sus críticas a los demás, lo que llevó a que él también fuera criticado), pero se mueve con un comportamiento moderado, lo que sugiere que ha aprendido a mantener un perfil bajo. Jeonim, una profesora de arte tranquila y tímida en una universidad para mujeres de Seúl, le pide un favor más apropiado para su yo pasado: su departamento participa en el festival anual de sketches y quiere que él escriba y dirija su participación.

Al recordar los buenos tiempos, no solo mi tiempo en el escenario, sino mi incursión juvenil en una competencia similar, estoy de acuerdo, aunque un poco disgustado al descubrir que soy el suplente. Al parecer, el director original fue destituido por indiscreciones privadas con tres miembros del reparto. Si bien esta película alegre no es un comentario sobre la cultura de la cancelación per se, hay un guiño sutil al escándalo público que giró en torno a mi relación pasada con Kim, ahora mi socio y gerente de producción. La tía Jeonim no tiene por qué preocuparse de que el tío repita esos errores. Cuando ella se lo presenta a su jefe, el ferviente admirador de Sieon, Jeong (Cho Yunhee), la atracción mutua es tan clara como el día.

En el estilo característico del trabajo de Hong, Jeong invita a Sieon a almorzar en su restaurante de anguilas preferido, lo que marca el comienzo de una serie de almuerzos y cenas llenos de miradas cargadas de significado. Jeonim, que parece ser una tercera rueda poco dispuesta, se suma a la complejidad. El director retrata magistralmente las intrincadas relaciones a través de la elección de alimentos (¿es la papilla de mariscos un signo de un romance floreciente o de su fin?), los hábitos alimenticios y, en particular, su selección de bebidas, comenzando con un vino cuidadoso y luego pasando al makgeolli más relajado. A medida que continúa el cortejo culinario, la trama pasa a un segundo plano, mientras que Jeonim, un artista solitario que disfruta dibujar junto al arroyo local e incluso duerme al aire libre durante el otoño, se vuelve cada vez más retraído.

Como entusiasta del cine con más de dos décadas de experiencia en mi haber, considero que las películas de Hong Sangsoo son una exploración única y cautivadora de las emociones y relaciones humanas. Su técnica narrativa, que se centra en miradas sutiles, pausas y fases lunares, crea una atmósfera íntima que permite al público conectarse verdaderamente con sus personajes. Los inesperados arrebatos emocionales añaden un elemento de imprevisibilidad que me mantiene involucrado a lo largo de cada película.

2024-08-16 16:46