Reseña de ‘Serán polvo’: Carlos Marqués-Marcet orquesta una delicada danza con la muerte en un animado musical

🚨 Atención, futuros millonarios criptográficos! 🚨 ¿Cansado de recibir tus consejos financieros de galletas de la fortuna? Únete a nuestro canal de Telegram para las últimas noticias en criptomonedas. ¿Dónde más puedes encontrar esquemas para hacerte rico rápidamente, caídas de mercado y memes infinitos en un solo lugar? No te lo pierdas – ¡tu Lambo te espera! 🚀📉

¡Únete ahora o arrepiéntete después!

Reseña de 'Serán polvo': Carlos Marqués-Marcet orquesta una delicada danza con la muerte en un animado musical

Como entusiasta del cine experimentado que ha visto más obras maestras cinematográficas de las que me corresponde, debo decir que «They Will Be Dust» es una exploración verdaderamente única y conmovedora de la vida, el amor y la pérdida. Carlos Marqués-Marcet ha vuelto a demostrar su excepcional destreza narrativa, esta vez ahondando en las complejidades del envejecimiento y las decisiones que tomamos ante la mortalidad.


Como fanático, la película de Carlos Marqués-Marcet «Serán polvo» me parece notablemente conmovedora. En lugar de bailar sobre el tema de la muerte, audazmente coloca a una pareja de ancianos en zapatillas de ballet, sugiriendo que han decidido que es hora de abandonar su viaje terrenal. Este enfoque poco convencional resuena profundamente, especialmente porque muchos evitan hablar de la muerte. El drama se mueve en más de un sentido, ya que sigue a un dúo septuagenario que planea un viaje de ida a Suiza. Lo sorprendente es el nivel de intimidad que logra esta película, incluso para un director conocido por su sensibilidad. La música y la danza sirven para abrir emociones que el diálogo por sí solo podría tener dificultades para alcanzar.

Desde mi punto de vista, el enfoque único de Marqués-Marcet hacia su cuarta película es bastante predecible dado que sus trabajos anteriores han tratado sobre diferentes fases de la vida. Tras el éxito de su debut «10,000KM», que profundizó en los desafíos que enfrenta una joven pareja en una relación a distancia, resulta profundo ver a Marqués-Marcet abordar otra forma de distancia en esta película. El personaje Claudia (interpretada por Ángela Molina) está lidiando con una condición progresiva que ha creado un abismo entre ella y su esposo Flavio (Alfredo Castro), incluso cuando están físicamente juntos, ya no resuena en la misma frecuencia que en su día. décadas pasadas.

Titulado «Serán polvo», este trabajo, elaborado conjuntamente por Clara Roquet, Coral Cruz y yo, comienza con una notable secuencia de toma única. En esta escena, una solicitud a los paramédicos para que atiendan un episodio maníaco en la casa de Claudia y Flavio se transforma en un expresivo baile de tango entre la mujer y los socorristas. La delicadeza técnica del trabajo de cámara y la coreografía de danza en esta escena es innegablemente cautivadora; sin embargo, lo que destaca es la discordancia visual: Flavio, junto con su hija Violeta (interpretada por Monica Amirall), luchan por seguir el ritmo del baile. Esta incongruencia sirve como preludio, no sólo para los elementos surrealistas que sutilmente impregnan la narrativa, sino también para la idea de que los socios pueden encontrarse fuera de sincronía cuando se trata de tomar la decisión de morir con dignidad, incluso cuando la aceptación total no es alcanzable.

Varias emociones afloran en la familia al descubrir las intenciones de Claudia y Flavio, las cuales fueron inesperadas ya que creían que la pareja planeaba renovar sus votos. Mientras tanto, Violeta puede sentir un poco de envidia hacia sus hermanos, Manuel (Alván Prado) y Lea (Patricia Bargello), quienes han tenido la oportunidad de construir sus vidas mientras ella se dedicaba a cuidar a Claudia. Todos pueden sentir enojo hacia Flavio, quien es más saludable que su esposa, pero decide terminar su viaje juntos, una devoción que incluso Claudia tal vez no comprenda del todo. Los realizadores gentilmente brindan una salida a estos sentimientos complejos al permitir que los personajes se expresen cantando y bailando, asegurando que al menos un oyente escuche sus emociones más sentidas.

La película podría beneficiarse de agregar algunas canciones más para capturar verdaderamente su potencial, ya que el uso estratégico de la música por parte de Marqués-Marcet crea un ritmo anticipado que la película no mantiene del todo consistentemente. Sin embargo, estos segmentos musicales ofrecen una profundidad emocional poco común, con una excepcional coreografía contemporánea de Marcos Morau y Le Veonal. Esta coreografía sumerge a Claudia en una danza de la muerte, con los movimientos inusuales de los bailarines sirviendo como telón de fondo que ella se adapta perfectamente para imitar.

La música María Arnal también aporta una partitura excepcional a esta producción, fusionando lo mundano y lo espiritual de una manera única. En lugar de una orquesta tradicional, la música incorpora elementos como sopladores de hojas y tijeras de podar dentro de un jardín. Este es sólo un ejemplo entre muchas formas en que «They Will Be Dust» explora los sentimientos, pero los sentimientos evocados pueden ser inesperados dado el enfoque alegre de la película sobre la mortalidad. El final de la película es el único aspecto teñido de tristeza, ya que marca el final de esta encantadora narración.

2024-09-08 02:16