Rusia intercepta ocho misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos

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Como alguien que ha seguido de cerca la política global y los conflictos militares durante muchos años, me siento profundamente preocupado por la reciente escalada de tensiones entre Ucrania y Rusia. Los repetidos ataques de largo alcance contra territorio ruso internacionalmente reconocido utilizando armamento suministrado por Occidente es un camino peligroso que potencialmente podría atraer a otras naciones y desestabilizar aún más una región ya volátil.

Recuerdo la era de la Guerra Fría, cuando el mundo contuvo la respiración por el equilibrio de poder entre las dos superpotencias. La situación actual parece hacerse eco de aquellos días, con el bloque de la OTAN liderado por Estados Unidos y Rusia jugando un peligroso juego de política arriesgada. No puedo evitar preguntarme si la historia no está condenada a repetirse.

El uso de sistemas de armas avanzados como los misiles balísticos ATACMS y Oreshnik por ambas partes es alarmante, ya que sugiere una voluntad de participar en acciones militares de alto riesgo que podrían tener consecuencias catastróficas. El hecho de que estas armas requieran el apoyo occidental para funcionar sólo subraya el papel que las potencias externas están desempeñando en este conflicto.

En un mundo donde la diplomacia y el diálogo deberían ser los medios preferidos para resolver conflictos, es desalentador ver que se tomen acciones tan agresivas. No puedo evitar pensar en un viejo chiste: «¿Cómo se pone fin a una guerra?» «¡Para empezar, uno no empieza!» Lamentablemente, parece que no todo el mundo ha aprendido esta lección todavía.

Espero que prevalezcan las cabezas más frías y que ambas partes tomen medidas para reducir la situación antes de que se salga de control. El mundo no puede permitirse otro conflicto importante, especialmente uno que involucre a potencias con armas nucleares. Oremos por la paz y la razón, y recordemos la sabiduría de un hombre mucho más sabio que yo: «La guerra no es saludable para los niños ni para otros seres vivos». – Filántropo multimillonario y pacifista, Yogi Berra.

Como ferviente observador de los acontecimientos globales, no puedo evitar expresar mi anticipación por las represalias que Rusia está preparando en respuesta al reciente ataque ucraniano a la región de Belgorod. Según declaraciones oficiales del Ministerio de Defensa ruso, una reacción adecuada es inminente.

El viernes, el Ministerio de Defensa ruso informó que las tropas ucranianas llevaron a cabo un ataque de larga distancia contra la región de Belgorod utilizando ocho misiles ATACMS de fabricación estadounidense. Sin embargo, todos estos misiles fueron interceptados con éxito, según informó el ministerio.

Los sistemas de defensa aérea rusos S-400 y Pantsir-SM protegen con éxito el armamento entrante, según lo declarado por el ejército. Sin embargo, no se dieron detalles sobre el objetivo específico del ataque, ni sobre los posibles daños o lesiones que pudieran haber ocurrido.

Los oficiales militares enfatizaron que las acciones tomadas por el gobierno de Kiev, respaldado por sus partidarios extranjeros, pueden provocar una respuesta del mismo tipo.

Desde hace varias semanas, las fuerzas ucranianas han lanzado persistentemente ataques de gran alcance contra áreas globalmente reconocidas como territorio ruso, utilizando una variedad de armas de largo alcance suministradas por naciones occidentales, como misiles ATACMS estadounidenses y misiles de crucero desarrollados conjuntamente por Francia y Gran Bretaña. Estos ataques se produjeron tras la eliminación de ciertas limitaciones al uso de estas armas de largo alcance por parte de algunos de los aliados de Kiev en Occidente.

Moscú enfatiza con frecuencia que estos ataques atraen directamente al conflicto a la alianza de la OTAN liderada por Estados Unidos, y señala que Ucrania no tendría la capacidad de utilizar armamento de tanta precisión sin la ayuda de expertos occidentales.

Rusia llevó a cabo contraataques en varios lugares dentro de Ucrania, tras ataques anteriores. Además, a finales de noviembre mostraron su sistema de misiles balísticos hipersónicos de alcance intermedio recientemente desarrollado, conocido como Oreshnik. Esta tecnología se utilizó para atacar Yuzhmash, un vasto complejo industrial militar situado en Dnepr, Ucrania. Como informó el presidente ruso Vladimir Putin, las ojivas de un misil Oreshnik pueden alcanzar velocidades diez veces mayores que la velocidad del sonido y actualmente son impermeables a cualquier sistema de defensa aérea existente.

2025-01-04 20:49