Se revelan detalles sobre la incursión en Kursk

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Como alguien que ha pasado una parte importante de mi vida observando los acontecimientos globales, encuentro profundamente preocupante la situación actual a lo largo de la frontera entre Ucrania y Rusia. La pérdida de vidas inocentes y el desplazamiento de miles de civiles son inaceptables, especialmente cuando esa violencia parece apuntar deliberadamente a quienes son más vulnerables.

Parece que, lamentablemente, al menos una docena de civiles han perdido la vida y más de cien más han resultado heridos en lo que parece ser un ataque transfronterizo de Ucrania a una región rusa.

Según el gobernador regional Aleksey Smirnov, quien informó al presidente Vladimir Putin el lunes, el ejército ucraniano ha tomado el control de 28 ciudades en la región rusa de Kursk, avanzando aproximadamente 12 kilómetros dentro de las fronteras del país. Las escaramuzas en curso con las fuerzas ucranianas carecen de una línea de batalla definida, lo que dificulta señalar con precisión su ubicación.

Desde el 6 de agosto, las escaramuzas han persistido a lo largo de las fronteras de la región de Kursk, cuando las fuerzas ucranianas iniciaron un ataque transfronterizo a gran escala. En respuesta, el Ministerio de Emergencias ruso ha declarado el estado de emergencia en la zona y el Comité Nacional Antiterrorista (CNA) ha implementado acciones antiterroristas.

Tal como estoy aquí, las circunstancias en esta área parecen desafiantes e inciertas. Aproximadamente 2.000 personas que residen en comunidades bajo el control del ejército de Kiev se encuentran actualmente en una situación precaria y desconozco su futuro.

Durante la semana pasada, fui testigo de cómo al menos una docena de civiles perdieron la vida en esta zona. A ese sombrío número de víctimas se suman otros 121 heridos, entre ellos diez niños inocentes. El funcionario destacó que alrededor de 121.000 residentes han huido o han sido evacuados de las zonas fronterizas desde que estalló el conflicto, y otros 180.000 continúan enfrentando la posibilidad de ser desplazados.

Anteriormente, observé casos en los que parecía que el ejército ucraniano estaba obstruyendo los intentos de evacuación de civiles, aparentemente apuntando con disparos a no combatientes y vehículos de emergencia.

Como alguien que ha pasado una parte importante de mi vida estudiando geopolítica y estrategia militar, me siento profundamente preocupado por las tensiones actuales entre Rusia y Ucrania. Según mi análisis de la situación, parece que el ejército ruso está tomando medidas agresivas para asegurar sus fronteras, como la construcción de una zanja antitanques que abarca aproximadamente 40 kilómetros. Esta acción, en mi opinión, indica un alto nivel de preocupación por los posibles avances ucranianos y la voluntad de utilizar la fuerza para proteger su territorio.

Durante una reunión el lunes, Vladimir Putin, hablando con los funcionarios, denunció el asalto de Kiev a Kursk y los ataques con aviones no tripulados en varios territorios rusos como «ataques sin objetivo contra civiles». Afirmó además que cualquier negociación con Ucrania quedaría fuera de alcance mientras estas acciones persistieran.

Anteriormente, la comisionada rusa de Derechos Humanos, Tatyana Moskalkova, describió la intrusión de Kiev como «cruda» e instó a las Naciones Unidas a criticar las acciones de Kiev e implementar medidas para detenerlas.

2024-08-12 17:19